Al igual que el diafragma, el obturador es otro mecanismo que interviene en el control del paso de la luz a la cámara. Son dos mecanismos que regulan la exposición.
El diafragma permite el paso de mayor o menor cantidad de luz. Ahora bien el obturador controla el tiempo que está pasando la luz al sensor. Es decir deja que llegué al sensor la luz que la apertura de diafragma permita, decidiendo cuánto tiempo influye esta luz en el sensor.
A ese tiempo se le denomina tiempo de obturación o la velocidad de obturación, que en ocasiones podrá ser de incluso segundos, y en otras de milésimas de segundo.
Para los disparos más rápidos necesitamos que el obturador trabaje muy rápido, por lo que se requiere que éste sea ligero, normalmente se emplean obturadores que consisten en dos cortinillas de materiales como fibra de carbono, kevlar, etc...
En las cámaras más modernas podemos encontrar incluso dos tipos de obturadores: uno mecánico y otro electrónico. El obturador electrónico es el más preciso, capaz de actuar a gran velocidad.
En algunas de las cámaras réflex digitales, el obturador electrónico es acoplado a un obturador mecánico de tipo cortinilla.
Gracias a este mecanismo podemos exponer la luz al sensor. El tiempo que permanece abierto las cortinillas del obturador se denomina tiempo de exposición o velocidad de obturación.
El tiempo que esta el obturador abierto se expresa en segundos y fracciones de segundo. Estos valores suelen oscilar entre los 30 segundos y 1/8000 de segundo en las mejores cámaras.
El paso de una posición a otra significa que el obturador estará abierto la mitad de tiempo o el doble en el caso contrario, según avancemos a la derecha de la escala (velocidades rápidas) o hacia la izquierda (zona de velocidades lentas).
En condiciones de poca luz tendremos que seleccionar una velocidad de obturación lenta, para mantener esa luz más tiempo en el sensor y, de forma contraria, cuando hay una iluminación mayor, la velocidad de obturación a seleccionar es más rápida debido a que no nos hace falta mantener tanto tiempo la luz en el sensor.
Al igual que ocurría con el diafragma, nuestro guía para saber que tiempo hemos de darle al obturador para una exposición correcta es el fotómetro de la cámara.
Recordad que el obturador se ocupa del tiempo que la luz incide en el sensor: a mayor nivel de luz la exposición deben ser mas corta para que la fotografía no salga quemada, y a menor luz la velocidad del obturador tendrá que ser mas larga.
Con velocidades lentas, inferiores a 1/125 de segundo, es recomendable usar un trípode, para evitar que el sensor capte vibraciones en el momento del disparo.
Ahora os toca a vosotros mismo realizar pruebas y variantes con diferentes tiempos de obturación, y diferentes diafragmas en un mismo motivo.
El diafragma permite el paso de mayor o menor cantidad de luz. Ahora bien el obturador controla el tiempo que está pasando la luz al sensor. Es decir deja que llegué al sensor la luz que la apertura de diafragma permita, decidiendo cuánto tiempo influye esta luz en el sensor.
A ese tiempo se le denomina tiempo de obturación o la velocidad de obturación, que en ocasiones podrá ser de incluso segundos, y en otras de milésimas de segundo.
Para los disparos más rápidos necesitamos que el obturador trabaje muy rápido, por lo que se requiere que éste sea ligero, normalmente se emplean obturadores que consisten en dos cortinillas de materiales como fibra de carbono, kevlar, etc...
En las cámaras más modernas podemos encontrar incluso dos tipos de obturadores: uno mecánico y otro electrónico. El obturador electrónico es el más preciso, capaz de actuar a gran velocidad.
En algunas de las cámaras réflex digitales, el obturador electrónico es acoplado a un obturador mecánico de tipo cortinilla.
Gracias a este mecanismo podemos exponer la luz al sensor. El tiempo que permanece abierto las cortinillas del obturador se denomina tiempo de exposición o velocidad de obturación.
El tiempo que esta el obturador abierto se expresa en segundos y fracciones de segundo. Estos valores suelen oscilar entre los 30 segundos y 1/8000 de segundo en las mejores cámaras.
El paso de una posición a otra significa que el obturador estará abierto la mitad de tiempo o el doble en el caso contrario, según avancemos a la derecha de la escala (velocidades rápidas) o hacia la izquierda (zona de velocidades lentas).
En condiciones de poca luz tendremos que seleccionar una velocidad de obturación lenta, para mantener esa luz más tiempo en el sensor y, de forma contraria, cuando hay una iluminación mayor, la velocidad de obturación a seleccionar es más rápida debido a que no nos hace falta mantener tanto tiempo la luz en el sensor.
Al igual que ocurría con el diafragma, nuestro guía para saber que tiempo hemos de darle al obturador para una exposición correcta es el fotómetro de la cámara.
Recordad que el obturador se ocupa del tiempo que la luz incide en el sensor: a mayor nivel de luz la exposición deben ser mas corta para que la fotografía no salga quemada, y a menor luz la velocidad del obturador tendrá que ser mas larga.
Con velocidades lentas, inferiores a 1/125 de segundo, es recomendable usar un trípode, para evitar que el sensor capte vibraciones en el momento del disparo.
Ahora os toca a vosotros mismo realizar pruebas y variantes con diferentes tiempos de obturación, y diferentes diafragmas en un mismo motivo.
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